Yo no sé si los caminos del señor serán inescrutables, lo que sí me queda claro es que las autopistas resultan imprevisibles. Que son las diez de la mañana, que no llueve, que no ha se ha dado, por fortuna, ningún accidente, ni reparan y mantienen los arcenes,... da igual, una cola de más de una hora. En esos momentos, querrías que todos tus deseos se conviertan en realidad, porque, está claro, que desearías un poder mental capaz de despejar autopistas o elevar tu coche por los aires. Pero, tras una sonrisa evidente ante cómo te tomas las cosas, y ante la imagen de tu cuatro ruedas rechoncho flotando a través de la panza de burro, te das cuenta de que no malgastarías un deseo en algo así, que hasta de una situación como ésta se extraen elementos positivos, cositas que merecen la pena. El camino se va llenando de señales alegres: en el arcén quedan restos de vida, ¡pero de vida que aún no conoce la muerte! Una pelota de niño, una manzana verde y lozana, unos pantalones de chandal. Te imaginas cómo pudieron llegar allí y consideras que, a pesar de los kilometros que los distan, o más bien por esto, la explicación es única y evidente: un ángel recién escolarizado en las artes celestiales, camino de su academia angelical, no se dio cuenta de que llevaba la mochila abierta y perdió por el camino la merienda del recreo (si es ángel come sano), la pelota de entrenamiento (hasta que no es querubín no le dan el arco y la flecha) y los pantalones( poco acostumbrado a llevar mas que toga, no se los pone hasta la entrada del cole). Luego deseas de nuevo. Deseas que todo el mudo conserve en su inteior magia suficiente cómo para sonreír con cariño y respeto ante esta ocurrencia, deseas personas con humor suficiente como para seguirte el juego y, por ejemplo, describir qué tipo de nariz tiene el ángel y de qué manera lleva el pelo.
De repente, te das cuenta, o más bien, te recuerdas, que ese deseo está al alcance de tu mano, como todos tus deseos restantes. Todo depende de ti. Nada que quieras se te puede negar. Y no ya por tus artes de persuación (¡bendita seas Eva!, ¡gracias mi señora serpiente!) Sino por otra razón mucho más simple y poderosa.
¿Por qué te ha sorprendido lo de Eva y la serpiente? Es sencillo, estoy orgullosa de llevar hirviendo por mis venas el instinto femenino del reptil que "envenena" y me ayuda a conseguir lo que quiero. La única diferencia entre ella y yo, es que con esto de la evolución y el correr de los siglos, voy solamente tras lo que mis principios y libertades del otro me consienten. Día a día, cada día más y más, me estoy convirtiendo en una silenciosa y dulce culebra que se te cuela, adentrito, para conducirte hasta mi madriguera. No, no exagero, ahora mismo, por ejemplo, lees estas líneas, no estás en otro lugar ni con otra persona, sino compartiendo y regalándome tu tiempo y atención; piensas en mí, conmigo. Luego, si quieres, tengo argumentos más curiosos. Hace un par de días, en mi trabajo, una compañera se encontraba mal. Entré energéticamente en acción y quedó como nueva. Otro compi, el guapo del instituto, nuestro bebé, pues es el niño más joven, solo carga a sus perfectas espaldas 32 añitos, ante lo visto, hizo un comentario, una de esas broma consistentes en apuntarse él también a una carantoña mía, a masajes o lo que fuera. Ni corta (ni cortada) ni perezosa se lo di. Se interrumpió por otras responsabilidades (que no responsables, ¡nuestro jefe sacó hasta una fotografía!) y se retomó durante una tediosa reunión de sobremesa de más de dos horas. Mientras le acariciaba la nuca y el cabello, y le masajeaba los hombros, surgió una conversación susurrada (el jefe podría enfadarse si el volumen es mayor, con razón). Él se relajaba y se rendía. Al terminar conversación y masaje, yo había conseguido algo que me venía dando trabajos hacía semanas: encontrar un compañero de viaje no reacio a prestarme su apoyo durante una semana. Un viaje de trabajo, sí, pero a París, que también resulta estimulante y con el buenorro del grupo. Digamos que he solucionado mi inconveniente a pedir de boca. ¡No encontró fuerzas para decir que no! Todo lo contrario, lo tengo entusiasmado, ¡por fin el Bateaux Mouche a la luz de la luna tendrá un poco más de sentido para mí! (Escribo a la vez que pienso, ¿¡no soy una serpiente muy mala?!).
Esa misma mañana, en una librería, mis palabras, sin intención, lo advierto, alagaron o llegaron o embriagaron,... a una librera de la que nada sé ni conozco, que posteriormernte, me enteré que la mujer es famosa por lo seca y arisca , pues nada, en gracia le debió caer mi gracia, pues quiso quedarse con mi nombre y a cambio me hizo un regalo.
No me dicen que no, ni los propios y ajenos, es más, ni yo misma empiezo ya a decirme que no. Mi vida se transforma últimamente en un sí puedo, sí quiero y sí me lo merezco.
Soy dueña de mis deseos y mis deseos se escriben para ser cumplidos. Soy dueña de lo que deseo, pero como tú. Soy responsable de lo que deseo, como tú. De aquello que quieres solo te aleja tu poder de convencimiento, tu capacidad para creer en ti y en que eres lo bastante fuerte como para cumplirlo, atraerlo. Deseo, proyecto, imagino, materializo, pero no espero, voy a por ello , y comienzo a dar muestras y pruebas evidentes de que es eso lo que quiero, cambiando mi actitud y mi forma de actuar, modificando lo que me aleja de mi deseo.
Deseo sonrisas y cariño, los doy, me pongo en actitud de poder recibirlos, y acto seguido....ya está los recibo, muchos, muchísimos, de los que esperas y de quien no lo esperas. Deseo una situación, un objeto, un fin, un premio, y acaba llegando, en un tiempo universal, porque resulta que el universo no sabe de relojes ni cronómetros.
Pero, ¡cuidado con lo que se desea! Desde pequeña deseé ser como una actriz a la que adoraba, Katherine Hepburn. Me parecía una mujer hermosa, inteligente, con carisma y carácter, una emprendora, una adelantada a su tiempo, alguien que supo hacer y manejar su vida a su antojo. Pero no caía en la cuenta del peligro de mi deseo queriendo seguirla: durante 20 años, esa mujer fue la otra, la amante de Spencer Tracy, un tipo testarudo muy difícil de llevar. Durante 20 años, su fidelidad y amor estuvo para con él. Sin hogar estable ni familia, decidió y deseó que su estilo de vida girase en torno a ser su amante, su descanso, su liberación, su compañera de trabajos y repartos, y así fue y así ocurrió...
El hombre se vendió al genio y al diablo, puso en manos de otros sus deseos, pero aún bajo nuestra total responsabilidad son difíciles de controlar. El truco para vencer,... cuando lo encuentre lo compartiré; por lo pronto, meditar en torno a eso que se desea y no temblar ante el intento puede que nos sirva.
OS DESEO UN MARAVILLOSO DÍA EN EL QUE SE CUMPLAN TODOS VUESTROS BUENOS DESEOS.
Todo lo que espero de tu vida, es que me la regales por completo.
Que trepes de mis pies a mi cabeza, que me quieras al revés...
Cuéntame verdades como puños,
no me mientas para bien o para mal.
Que me ruja aquí el océano en el pecho,
al averiguar si vienes o te vas(...)
Y qué hacer con todo aquello con lo que no se da,
y qué hacer con los te quiero fabricados,
dejar que se despeñen de los labios,
o llenar con ellos pompas de jabón.
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