martes, 21 de julio de 2009

COGER

No podría ser lesbiana. Padezco una de esas alergias terribles que provocan hinchazón, que te vuelvas de color morado, dejes de respirar y puedas morir en cuestión de minutos, y es a causa de las almejas y otros moluscos con concha. Su sola visión ya me marea, el olor a lapa, berberecho o mejillón me puede. Pero no niego su parecido; no disiento del cómo esas cosillas evocan en mi imaginación vaginas y vulvas. Entiendo que se corresponda con una de las acepciones semánticas de los argentinos. "O sea, que tenés una mina con una almeja alucinógena", le pregunta un personaje de la última de Subiela a su hermano, el protagonista. Y yo pienso en que no deja de ser cierto... tenemos almeja y mi alergia debe ser por ello signo de heterosexualidad.




Eliseo Subiela es un genio, un prodigio de la imagen, la historia y la poesía. Si ya en sus dos partes de EL LADO OSCURO DEL CORAZÓN casó como nadie el humor, con el arte, la poesía el sexo y la sensualidad, en su última película, recién estrenada, NO MIRES PARA ABAJO, se ha superado. No dejé de sonreír ni en un solo segundo.




El padre del protagonista, un chico de 19 años que trabaja con su hermano haciendo lápidas y con promociones publicitarias en las que lo mismo actúa de zancudo que de empanadilla, fallece. Él lo suele ver derramando tuercas y tornillos por los rincones. Es lo único que le quedaría al viejo de su verdadero amor y amante, la dueña de la ferretería, a la que un día dejó, acercándose cada vez más a la muerte, la tarde que quemó sus cartas y las frases se evaporaron en el aire. Su hijo lo puede ver y sentir, es un ser de una especial naturaleza que, como su amante se vuelve sonámbulo tras el fallecimiento.


"LOS SONÁMBULOS SOMOS SERES ELECTRIFICADOS POR LA LUNA PARA CONSEGUIR UNA TOTAL INDEPENDENCIA DEL ALMA"


Sonámbulo suele recorrer los tejados del vecindario en las noches, hasta que, en una de ellas, cae encima de la cama de una chica, Elvira. Ella, de 28 años y nieta de una mal llamada bruja, le mostrará un mundo de sexo y espiritualidad trántrica que le abrirá las puertas de sensaciones sin límite, llegando a experimentar viajes durante sus orgasmos.


"NO QUIERO VER A DIOS DESPUÉS DE MUERTA; QUIERO VERLO ACÁ EN LA VIDA; VAMOS A BUSCARLO".


Y se recorren, cuerpo a cuerpo, despertando a la fantasía, rodeados por las imágenes más hermosas, imágenes-Subiela, de paseos y baile sobre zancos. "UN DÍA DE VIENTO ME QUEDÉ DORMIDO ABRAZADO DE UN CIPRÉS. ESE DÍA FUI ÁRBOL", en un carrito empujado por una bicicleta que lo mismo lleva una lápida que a la Elvira, divertida y abrazada a un ángel; y practican decenas de posturas, mientras se hablan y buscan el reto de más de cien impulsos sin eyacular.

"HE MUERTO A MÍ Y VIVO POR TI. SI ME AMO, TE AMO. SI TE AMO, ME AMO".


Desde que ella aparece, pasa cada mañana junto a los muertos, sintiéndose un muerto de amor que huele a sexo, y es olido por los difuntos que salen a sentarse al sol, y se convierte en un adicto a COGER con Elvira, ¡y yo no puedo dejar de dibujar una placentera sonrisa!, porque las imágenes te maravillan, porque el sexo es lento y elegante, porque la película es lenta y elegante, porque me imagino suave y elegante... Y se me antoja no querer más sexo en mi vida, solo querer coger y coger y coger, una y otra vez, el resto de mis días, con amantes de sensibilidad suficiente como para volverse sonámbulos de añoranza, y bailar con una maceta, y viajar a Roma en un orgasmo, y entender que el Tantra es una de las mejores experiencias que se puede compartir, toda una filosofía que abarca también esta parte de la vida, convirtiendo la relación de dos personas en una manera de prolongar justo eso, la vida, ¡vida, vida, vida!...
"FIJATE, CUANDO EL CORAZÓN COMIENZA A ARDER, HUELE COMO A INCIENSO"


Y se me antoja volver a ver la película, esta vez en compañía, desnudos los dos, sin dejar de prestarle atención a cada uno de los cuadros y secuencias, pendientes de la música, de la imagen y la historia, pero sin dejar de tocarnos y probarnos, y COGER, y sudar, y respirar, y experimentar, y colarnos con ellos dentro de la pantalla.


Eliseo Subiela ha vuelto a conseguirlo, despertar mis siete sentidos; hacerme volar y estar segura de que no pierdo el tiempo con él.

3 comentarios:

  1. Casi, casi, casi consigues que la tentación de verla antes que las otras me pueda. Pero no¡ voy a ver las otras, las conseguiré aunque sea lo último que haga.

    T.A.

    ResponderEliminar
  2. Yoooo ¿disimular? no se por qué lo dices... ¿cuándo he disimulado yo?

    ResponderEliminar