lunes, 13 de julio de 2009

RECORTABLES DE RISA

Hace un año nos dimos una vuelta por Castro antes de bajar a la embarcación de la virgen, perro incluído. Paseamos y contemplamos recodos nuevos a sus ojos. Tocaba regresar y bajarse al Puerto... pero me había dejado la puerta del coche abierta ¡en mí nada extraño! Sin batería mandé sms de SOS (qué guay tanta sigla). Acudieron tres caballeros metalizados en mi ayuda, se rieron de mí y a mi costa de lo lindo y se terminaron largando de cervezas todos juntos sin conocerse de antes. Yo, por supuesto a remojo en el puerto, con los míos y sin perro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario