¡Joder!, ¡serás hijo de puta! la leche, tío, eres un cabrón, pedazo de suerte, mamonazo, y parecía idiota, el capullo de alhelí. Ya me pillara yo una mierda como la tuya, ¡me cago en diez!¡la madre que te parió!Pues nada, a mojársela a gusto y acordarse de los pringaos que estamos haciendo el imbécil como gilipollas.
Resumen del párrafo anterior: envidio, y me alegro, por tu suerte.
Nacemos con una competencia comunicativa. Sin entender todas las palabras de cada una de las lenguas, sea ésta nuestra lengua madre o no, distinguimos el tono y el contexto en el que unos términos se utilizan. No hay palabras malsonantes, sino mal empleadas. De esta forma, un insulto puede serlo y convertirse en causa de disputa, en un momento tenso, entre dos desconocidos, o tornarse en un halago por parte de dos amigos que se diviertan.
A raíz de esto surge una de tantas respuesta hipócritas de los medios de comunicación. Atendiendo, pedagógicamente a que los niños se sientan ante la pantalla de televisión entre, algo así como las cuatro y las seis de la tarde, les queda prohibido a los "comunicadores" el empleo de este tipo de vocabulario. Es decir, podemos tratar el tema de los cuernos de Pipi con la ex-actriz porno, el montaje de no sé quién con un striper, la separación y saca-cueros de menganito y fulanita, el hecho de que aquél sea gay encubierto y que el otro no la moje desde hace un año. Podemos hablar de robos, delitos, violaciones, muertes, asesinatos y cualquier otro asuntillo mega positivo, pero sin tacos, ¡cuidemos de los niños!
Yo alucino, como poco. Tengo un tío, de ésos que se crían entre caballos y viñas, de los que no estudian para mecánicos y creen que la mujer es un florero. De él me acostumbré en la niñez a escuchar burradas de las que te escandalizaban tanto que, te taponas las orejas a la par que abres mucho la boca y, sin embargo, ni fue influencia negativa en mi vida ni me hizo tanto daño como esta gentuza malogra a nuestros peques. ¿Quieres de verdad influir en su educación y feliz desarrollo? Dale mitos y ejemplos que seguir. Ahora mismo, solo cuentan con la Hanna Montana, que no esá mal: una niña adolescente que llega a cumplir su sueño de artista y se enfrenta a una doble vida para seguir siendo y actuando como una adolescente normal. Pero, solo le encuentro un problemilla,... es para adolescente, para chavales de 13 a 15 años con edad de fantasear y encontrarse y pretender ser estrellas del firmamento, no para los peques; a ellos los estaríamos empujando a acelerar su crecimiento. Para ellos ¿dónde están las hadas y los duendes, las princesas, los personajes creativos, los que les enseñan en el estilo de Barrio Sésamo, los levantan del sillón para cantar y bailar? Si sientas a un niño delante de una pantalla, que sea para inundarle con un mundo de colores y formas, para que un personaje que a él le resultará real y posible, ojo, lo invite a moverse, aprender, fantasear y recrear....
Preferiría las pelis ñoñas de Barbie, un empacho de princesas Disney, Tom Sawyer o los caballeros del Zodiaco, o hasta los pesados de Oliver y Benji, que nunca llegaban a la portería. Ellos les invitaban a creer en historias menos dañiñas, y podrían haberse permitido soltar hasta un par de "hijos de puta" de vez en cuando.
Si mis niños tuvieran que crecer conociendo la vida del Pipi y de la Belén Esteban, tendría un problema y gordo: mi hijo, frustrado con un sistema educativo que no le llenaría, porque en él no hay mujeres rubias con moño y tetas de silicona, abandonaría antes de los 16 el instituto, y se juntaría con el tío que tuviese la moto más grande, para pegársela un día de marcha y pasar tres meses en un hospital y salir con una tendencia a engordar que lo llevaría a ganar 25 kilos y no querer salir de casa, descubriendo gracias a su buena amiga la tele, que toda la raíz de su problema radica en que siempre ha estado enamorado de Pipi y que siempre ha querido ser mujer, así que, perdido en su cuerpo de hombre, se vestiría como una especie de extraña drag metida en carnes, y trabajaría como imitador de Marujita Díaz en las fiestas del barrio, pero, aprovechando que se lió en una de éstas con Farruquito, empezaría la gira por programas de la tele, para pagarse de esta manera su cambio de sexo y aparecer reconvertida en un figurín que se prostituye por 500 euros el cliente. Pero se mezcla con gente peligrosa y empieza a tomar drogas que lo inundan con delitos pendientes de juicios y lo empujan a huir a Filipinas, para organizar su suicidio, no sin antes despotricar contra medio país y ganarse el odio de todo el mundo. ¿Qué exagero? No sé qué decirte, es la "realidad " que viven nuestros niños en esa edad de imitar comportamientos, todos los días, todas las horas que los abandonamos solos ante una pantalla o, lo que es peor, los sentamos a nuestro lado, sin juicio alguno para que nos acompañen en nuestros ratitos "de familia".
Éxiste una crisis de valores exagerada. Lo políticamente correcto, la superficialidad generalizada... no se sabe lo que esta bien o mal. Lo que es correcto o no, o adecuado... en fin, que se ha perdido el norte de mala manera. Centrándonos en los niños y su programación destaco que, de entrada, los señores programadores de las cadenas ( si es que esta figura todavía existe) no tienen ni puñetera idea de lo que es, o debe ser, un programa infantil. Si nos fijamos un poco en las series de dibujos vemos que ultimamente se potencian mucho las series yankees con dibujos que bien podrian haber sido hechos por un borracho en un mal dia con la ayuda de un guionista con serios problemas de personalidad y algunas docenas de traumas que arrastra desde su mas tierna infancia. Y esos son para niños... . En cambio, dejan de lado series de anime por la mala fama que se han ganado gracias a gente que, nuevamente, no sabe de que habla y se lleva por prejuicios absurdos. No defiendo todas las series de anime, como en todo las hay buenas y malas, pero si defiendo una premisa que todas comparten: los valores que transmiten. Todas las series de temática shonen (las que van dirigidas a los niños y adolescentes) deben girar en torno a la superacion, amistad, a lograr un sueño, al compañerismo, a la rivalidad por superación personal. Esto es una pauta que llevan a rajatabla independientemente de la tematica o historia de cada serie. Me parecen valores dignos de ser transmitidos, sobre todo en una sociedad estancada en el conformismo crónico y donde la desmotivacion es generalizada. Pero estos no son para niños..¿por qué? Pues, obvio¡¡, por que hay sangre y, a veces, se dan golpes¡. Y ya está. Pero cuidado, si la sangre la pintamos de blanco ya pueden verla los niños... (lo hacen, esto lo digo en serio, son asi de patéticos).
ResponderEliminarSi los niños ven como un tio se mete a actor porno y se hace famoso, cachi, si ven a toda la fauna de la prensa rosa en su basura, chachi, si ven como un tio que en su vida a visto una semicorchea "triunfar" en la música gracias a una productora que lo va a exprimir y tirar luego a la primera de cambio cuando ya se cansó de usarlo, cachi... Pero si ven unos dibujos que los incitan a tener un sueño y luchar por conseguirlo, a fomentar la amistad y el compañerismo, a tratar se ser mejor...eso no, es no es para ellos.
Prefieren que sean seres conformistas, apaticos, buscadores de lo facil, que esten convencidos que el camino largo no es el adecuado, que es preferible quedarse con poquito si eso implica poco sacrificio, que los sueños son para otros que nacieron con mejores condiciones ya de partida... ¡que no son dignos de ser los mejores!
Lo triste no es que esta idea esté calando en los niños, lo triste es que está calando en todos.
por eso contamos contigo...
ResponderEliminarpues tu no te escaquees, que tambien cuentas. De entrada ya hay cierto proyecto pendiente que podria hacer mucho bien...
ResponderEliminarSoy educador y todo lo que dices me resuena hondo.
ResponderEliminarAveces siento que enseñar con valores implica ir cuesta arriba con viento en contra .
Pero igual me apasiona ...
Si queres conocer mi blog visitame a www.usaelreflejo.blogspot.com.
Justamente ayer escribi algo respecto a ventanas.
Saludos desde Montevideo. Luis.
De educadora a educador, solo contagiarles esa pasión por algo que haces de verdad les deja una huella que nada borrará. Tienes un blog precioso.
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