miércoles, 17 de junio de 2009

BESOS

La autopista ante mí. No estoy sola; hay decenas, cientos de coches en la misma dirección, que no con el mismo destino, pero el tráfico es fluido. Un día de sol, carril de adelantamiento. La luz intensa del astro mañanero se refleja en los salvarraíles nuevos, brillantes, plateados e impolutos. Mala señal. Algo nuevo en esta autopista es signo de accidente, de catástrofe personal o material. Imagino que ha tenido que ver con celebraciones, con el fútbol, con el alcohol, el fin de semana, la reacción eufórica de unos cuantos jóvenes con ganas de menospreciar la vida,... pero mi mente se distrae hacia otro tema, tengo de repente ganas de escribir; me pregunto por qué la inspiración llega siempre al volante de mi cacharro.




Pienso mucho al volante. Entonces, me vienen a la cabeza mi gente, mis preocupaciones, mis sueños, los deseos de encontrar rumbo, o perderlo del todo, mil y un proyectos profesionales. La cabeza gira y gira y gira, quisiera escribir acerca de algo hermoso, algo que despertara los sentidos e invitase a la evasión, a trasladarnos, lejos, como cualquiera de esos aviones que levantan vuelo, rápido, como mi desplazamiento, fuera, como el aire fuerte que batea nuestros tímpanos. Busco... No tengo nada mejor, ya sea para escribir como para compartir, que los besos, los dulces, frescos, apasionados, cariñosos, espontáneos, húmedos, robados, suspirados y añorados besos.




Recuerdo un pasaje del libro Afrodita, de Isabel Allende. Recuerdo precisamente ese pedacito en que describe que un beso debe ser sonoro y dejar huella,... y arrugo la nariz. No estoy de acuerdo, el único sonido que soporto en los besos es la respiración jadeante e intensa que resulta de dos que se devoran vivos, con los ojos cerrados, desconcentrados por completo, pero centrados en transmitir, apretar y tocar a la vez que el ritmo de las lenguas y los labios demuestran la coordinación de quienes, al menos en algunas cosillas, comienzan a entenderse a la perfección. La huella la dejan mis besos de todas formas, y no porque marque, que esas señales de sangre contenida y placentero hematoma, suelen llegar fruto más bien del mordisco, de la que desea contener el momento y a la persona causante del disfrute, hasta el punto de apretar las uñas, clavar los dientes, contener el grito. Pero, ¿juraría que me alejo del tema beso?... estoy llegando a un punto en el que justo los muac, muac, escasean ¿qué no? ¿qué justo en un climax eres capaz de besar? ¡Pues explícame cómo lo haces que resultará interesante e incluso instructivo! Yo, en ese instante, solo aspiro a procurar intensidad 10, tiempo ilimitado, distancia cero entre los dos cuerpos físicos que descargan su energía, directamente proporcional al trabajo realizado y elevado todo por lo menos al cuadrado; sin lugar para besos.


Mis besos son esos otros besos, los que se acercan despacio a rozarte, cerca, sin tocarte en un primer momento, de los que se anuncian por tus labios, mejillas y cuello, y se depositan sensuales y suaves para recorrerte de arriba a abajo, dejando el rastro del calor y la humedad sin excesos, del perfume y el sabor. Mis besos son esos otros besos que no aburren, que pueden prolongarse minutos y más y más minutos, y te exitan sin necesidad de otra cosa, y se desean y añoran, se transforman en el mejor de los recuerdos, extienden tu fama de buena besadora, y son la causa de que vuelvas, de que no te alejes nunca del todo, pues siempre podrás regresar un día a por más. Mis besos son esos otros besos que no dejan lugar a dudas, no podrás confundir el que te saluda, el que te consuela, el que te acoge con cariño, el que se alegra de conocerte, el que te
desea, el que te añora, el que te da la gracias...




"Hay besos, que se dan tan por costumbre,


que al final ya no se sabe si son costumbre o son besos


pero los que tu me das, son besos, y solo besos,


porque aunque tu no lo sepas te los robo cuando quiero".


Revólver




Mis besos son esos otros besos, abundantes, pero poco frecuentes, que regalas de corazón a una persona que consideras especial y diferente, que reconoces como auténtica, como una parte importante de tu vida, del momento que estás viviendo. Mis besos son esos otros besos " de la que besa de verdad, (...) de la que un beso de amor no se lo dan a cualquiera", y en todos y cada uno de ellos pongo amor, un amor distinto, un amor personal que se distingue de cualquier otro, porque solo a ti te pertenece. Mis besos son de esos otros besos irrepetibles y nuevos, nacidos solo para ti, que susurran tu nombre mientras beso, que respiran tu nombre mientras beso, que con los ojos cerrados, solo traen a mi cabeza tu aroma, tu tacto y la mirada que me dijo: -me encontraré feliz y como en una nube mientras me besas.




"Hoy descubrí con todas letras,


de una u otra forma unidas,


creo que no sabría explicar lo que con un beso te digo:


te digo lo sincero, te digo lo que de ti quiero,


te digo de mi espera, te digo mereció la pena,


tanto lustro de aprender a decir


con un simple beso".


Café Quijano




Mis besos son de esos otros besos que no faltan ni se niegan, que llegan cuando menos te lo esperas, que te despiertan al día, antes y más dulces que el primer sol, que te adormecen, que te pillan por sorpresa y por la espalda, pero sin traición, que te invitan a sonreír, que te recuerdan que eres maravilloso, amado, apreciado, valorado. Mis besos son de esos otros besos que dicen, que valen mas que mil imágenes y, por lo tanto, un millón de palabras. Mis besos, son esos besos, tan queridos, mimados y cuidados, que no son cualquier beso, sino besos de primera y besos imborrables que esperan de ti solo que respondas a mis besos.


¡¡¡¡¡¡¡¡MMmmmmmmmmmmmm!!!¡ay! ¿cómo despedirme?.... es evidente: con un abrazo.

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