
desea, el que te añora, el que te da la gracias...
Cuando me pongo a lanzar esas preguntitas semanales a modo de encuesta, os plantearéis qué pretendo. Nada del otro mundo, tan solo que reflexionemos en voz alta, que el eco de nuestros pensamientos alcance hasta nuestro corazón, el de adentro adentrito, y sondearos un poquito, eso también; pero solo un poquito. Parto de la premisa de que todas las respuestas y resultados serán dados por buenos, mientras hayan sido respuestas sinceras. Sobra aclarar que se mantiene un religioso respeto a la opinión personal, pero.... ¡macho!, ¡es que en uno de los casos me voy a tener que saltar las normas, que con una de las cuestiones no distéis ni un pelo en el blanco! En una de mis ritencuestas, sugería recordar aquello que últimamente habíamos olvidado. Solo una persona (y fui yo) votó por ser asertivo. Me llamó la atención. Pensé y pensé, y llegue a una conclusión: no es posible que no pretendan o quieran o persigan ser asertivos, más bien, puede que se trate de no saber exactamente en qué consiste y, claro, si ése es todo el problema, para eso estamos.
La asertividad es un principio vital e imprescindible que no podemos excluir de nuestras vidas. Es el equilibrio esencial que nos permite avanzar, y estar, y amar, y crecer, y madurar, y dar, y ser recibido,...
Pongamos, por ejemplo, que tenemos una relación de pareja, de esas que ya duran más de tres meses (a quien se le ocurra decir o pensar que eso en mi caso ya es mucho suponer, queda excluido de este blog y será condenado a ver cómo la casa se le llena de hormigas). Podemos proseguir. Pongamos que el próximo fin de semana es nuestro cumpleaños y nuestra pareja ha planeado irse de acampada con amigos. Podemos ser varias cosas, comportarnos de diversas maneras: a pesar de lo muy importante que sería para mí compartir este primer cumpleaños los dos juntos, me callo, trago, actúo de un modo pasivo y sufro. ¡Malooooooooo! Luego también puedo optar por la posibilidad de manifestarle con claridad que es mi cumpleaños y que, como se le ocurra largarse de farra con los amigotes, a la vuelta no me encuentra, y a ver dónde consigue otra como yo. Agresiva y ofensiva. Puede que logre lo que buscaba, pero malooooooooooooooo igualmente.
¿Otra forma de actuar que descarte pasividad o violencia?: podría informar o recordar mi cumpleaños, transmitir mi ilusión por compartirlo y sugerir que se encuentre un punto de acuerdo que pueda gustar a ambos. “No me importaría ir con vosotros; ¿qué puedes retrasarla?, ¡qué bueno!; que pretendes volver un día antes para pasar la tarde y noche conmigo; que irás, pero me recompensarás a la vuelta con el día mas increíble de mi vida...”. En definitiva, habrá tantas salidas como variantes de persona y relación existen. Lo que realmente importa es que será buenaaaaaaaass, porque se habrán concebido gracias a la equilibrada comunicación de dos que quieren entenderse.
La asertividad permite decir lo que uno piensa y actuar en consecuencia, haciendo lo que se considera más apropiado, defendiendo los propios derechos, intereses o necesidades sin agredir ni ser agredido. Una persona asertiva es tolerante, acepta los errores, se encuentra segura de sí misma y no padece infartos, como carta de presentación… ¡ no está mal del todo! La asertividad consiste en expresar auténtico afecto y aprecio por otras personas. Supone que uno se mantiene atento a lo bueno y valioso que hay en los demás y, habiéndose dado cuenta de ello, se muestra dispuesto a reconocer generosamente eso bueno y valioso y a comunicarlo de manera verbal, o no-verbal.
Venga, va, que alguien me quite la razón. ¿Es necesario recordar ser asertivos? ¿Debe convertirse en una de los fines alcanzables en las relaciones humanas la asertividad? ¿Qué perfil estamos adoptando: agresividad, pasividad, asertividad? ¿Crees que es posible alcanzar la asertividad-plus, inmejorable? Eso ya no lo sé, pero estoy segura de que sin práctica no llegamos ni a rozarla y nos topamos con más de un roce, de los chungos, en nuestra vida. Besos, besos, besos.
MALO ES MI ABRAZO...
... porque crea adicción.
... porque te desnuda.
... porque te atrapa.
... porque te ducharás solo y no habrá quien juegue a escribirte mensajes divertidos, con los dedos, en la espalda.
... porque no te habrás dormido entre fantasías y hasta un cuento de después de...